El secreto de la belleza de esta flor es, sin lugar a dudas, su estética simpleza. La flor provincial de Neuquén es una especie perenne (es decir que sus hojas están verdes durante todo el año) que posee tallos muy ramificados y trepa en forma de enredadera sobre las ramas de los arbustos. Su llamativa flor (en general naranja aunque también las hay blancas, rosas y rojas) suele verse en los Parques Nacionales Lanín, Nahuel Huapi y Los Alerces.
Una leyenda mapuche cuenta que hace muchísimo tiempo, cerca del volcán Lanín, había dos tribus que se odiaban y vivían peleando. Un buen día, el joven hijo del Cacique de una de las tribus y la hija del Cacique de la otra se enamoraron perdidamente causando un gran problema debido al odio que existía entre ambas comunidades. Pero los jóvenes quisieron luchar por su amor y decidieron escapar muy lejos con tal mala suerte que la machi (una suerte de shaman o curandera mapuche) los descubrió. Inmediatamente contó lo ocurrido a su Cacique y éste, furioso, ordenó perseguir y capturar a los amantes para juzgarlos y, finalmente, condenarlos a muerte. Una vez apresada la joven pareja fue atada a un poste y, con lanzas y machetes, les dieron la más cruel de las muertes. Una gran tristeza invadió el lugar pero ya nada podía hacerse. A la mañana siguiente, la tribu entera se asombró al ver que en el sitio de la ejecución habían brotado flores de pétalos anaranjados, nunca antes vistas. A partir de ese momento, avergonzados y arrepentidos de la matanza, los mapuches comenzaron a venerar esa bonita flor que se abraza a otras especies como los jóvenes enamorados lo hacen en el país del cielo.
0 comentarios:
Publicar un comentario