Navidad en Los Alerces

Para la navidad el destino elegido fue el Parque Nacional Los Alerces,
uno de los lugares más lindos de Patagonia,
de tan perfecta belleza que por momentos hasta parece
"empalagosa".

De todos los lagos del parque elegimos Lago Verde para pasar nochebuena.

Vista del Lago Verde desde el mirador:
Las mochilas iban bien provistas: patita de cordero, champagne, almendras y pan dulce.
Y la noche fue hiper calma, no corría una gota de viento
y la luna parecía un reflector sobre el espejo de agua.



La sombra de Marian
y estrellitas al fondo.







Reflejo ...
















Churu meditando












Caminata a la Laguna Escondida












Polvorientas caminatas










Pasarela sobre el río Arrayanes



Atardecer en la boca del río Arrayanes

















Lago Menéndez y Cerro Torrecillas
al fondo









Perfecta geografía:
a la der. el Lago Verde,
de él sale el río Arrayanes
y al fondo se ve el Lago Menéndez.

Río Menéndez rumbo a Puerto Chucao para tomar la lancha hacia el Alerzal














En camino en aguas
del Lago Menéndez


El Abuelo (Lahuan en mapuche)
de 2600 años de edad.












Lago Cisne
en el Alerzal









Así se veía el glaciar Torrecillas
(en el cerro homónimo)
desde la lancha



Acampando en el río Arrayanes
en compañía de la vaca del
guardaparque
(que por poco se come nuestra cena)







El río debe su nombre
a tooodos los arrayanes que
pueblan sus riberas



El mismo río, no es una pileta
(aunque lo parece)










Un amigo que andaba por el parque:
el Pájaro Carpintero








Intendencia del parque
en Villa Futalaufquen


Como el tiempo se descompuso
decidimos emprender el regreso.
Y este hermoso huepil
(arcoiris en mapuche) nos dijo:
"hasta pronto".



Un árbol color canela


Arrayán

El arrayán es un árbol de crecimiento lento, siempre verde y con hermoso aspecto que crece en los bosques templados de Chile y Argentina. Los pobladores originarios lo llamaban quetri pero los colonizadores españoles lo bautizaron arrayán por la semejanza de sus flores con las del arrayán europeo o mirto. Aquella denominación proviene del árabe ar-Rayhan o Rihan que significa “el aromático" debido a que contiene, tanto en sus hojas como en sus frutos, una esencia aromática fuertemente antiséptica llamada mirtol.


Se presenta como arbusto o árbol alcanzando, algunos ejemplares en su distribución más austral, alturas de 12 a 15 metros y diámetros de hasta 50 cm. Sin dudas, el sello característico del arrayán es su original y sedosa corteza color canela, con irregulares manchas blancas -debido a la caída de placas de corteza vieja-.


Sus lugares preferidos son los terrenos muy húmedos como las riberas de ríos y lagos. Sus hojas son de color verde oscuro, brillante en la cara superior y verde pálido en la inferior. Sus flores son blancas y su fruto es una baya negra redondeada y comestible de 1,3 a 1,5 cm de diámetro. Si bien se ven arrayanes aislados en diferentes lugares de la Patagonia, en el extremo sur de la península Quetrihué - extremo



norte del Lago Nahuel Huapi- se encuentra un bosque puro de arrayanes único, que mereció la creación del Parque Nacional Los Arrayanes en 1971,

independiente del Parque Nacional Nahuel Huapi.

El parque es reconocido por su particular belleza y su gran riqueza biológica

y algunos sostienen que Walt Disney se inspiró en este maravilloso lugar para la escenografía de la película Bambi.

Últimos avances de la huerta

Al 24/12/07 la huerta ha crecido bastante ...

en la primera cama y bien grandecitas pueden ver a las plantas de lechuga mizuno (verde claro)
y las verde oscuro son las de rúcula.
Entre medio y escondidas hay unas lechugas flecha bronceada y unos pobre puerros.

En el túnel de al lado (que se ve abierto) lo que está adelante es acelga y lechugas y remolachas y lo más grandecito son los tomates (que recién están dando flor) y al fondo de todo (pero no se ve) repollos.


Así quedaron los dos túneles.
En el otro túnel hay zapallitos y papa.

Y el recipiente de madera que se ve
es la "compostera", o sea,
lugar para tirar desechos orgánicos
y que en un futuro eso sea tierra fértil
para la próxima siembra.

Detrás de la compostera
está el maíz.

Marian y las semillas de papa



El maíz aun en el almácigo













Churu transplantando maíz














Acelgas, remolachas y lechugas
dentro del túnel


Primera cosecha de acelga
rica rica pascualina

Roco fue papá

Sorpresiva y despitadamente nos enteramos que Roco fue papá.
Nada menos que con la perrita de la esquina.

Se ve que en alguna de sus "salidas nocturnas" hizo lo suyo.

Cómo nos dimos cuenta?
Porque uno de los cachorrines era particularmente parecido a Roco (y no hay ningún otro perro en el barrio que sea del mismo estilo ... como pa' echarle la culpa a otro).

Hete aquí algunas pruebas de paternidad ...




Roco de cachorro











Roco de bebé en mochila













Imagen de la descendencia













Roco e hijo Hnos.
Y ante la mirada evasiva del posible progenitor ...

el pequeño clama por conocer su verdadera identidad


será Roco ... PADRE???

(y el Churu tiembla ante posible demanda de alimentos de los vecinos)


Papá reconocemeeeeeeeeeee


Y Roco mira para otro lado...


a pesar de las visitas diarias de su hijo
por la tardecita

Bici nueva

Y mi cara de feliz cumpleaños con lupinos (o también llamados chochos)
florecidos detrás, en casa.


Una tarde en el río Rivadavia

Todo comenzó con un mensaje de texto que decía: “¿venís al Rivadavia? La invitación me descolocó un poco, tenía mucho que hacer pero también pensé que, a veces, cuanto menos se planea, mejor salen las cosas. Dejé todo de lado y respondí a mi amigo Christian Valiente “¡vamos!”. Partimos cerca de las cinco de la tarde de El Bolsón y en menos de dos horas estábamos entrando al maravilloso Parque Nacional Los Alerces, -creado en 1937 y con una superficie de 263.000 hectáreas-. Este parque protege los bosques de alerces milenarios y la importante cuenca hídrica que allí se encuentran, inmersos en una zona rica en especies y con una calidad ambiental excepcional. Los alerces, pueden alcanzar los 60 metros de alto con troncos de tres metros de diámetro y una edad aproximada de 3.000 años en algunos ejemplares.

En cuanto a la cuenca, ésta comienza en el Lago Rivadavia, el Río Rivadavia lo une al Lago Verde, que desagua por el bellísimo Río Arrayanes, y a pocos metros de su naciente recibe las aguas del Río Menéndez, para luego desembocar en el Lago Futalaufquen. Este último se comunica con el Lago Krugger a través del Estrecho de los Monstruos. A su vez, el Lago Krugger recibe el tributo de las aguas del Río Stange, y desagua por medio del Río Frey al embalse Amutui Quimey. Aquí nace el Río Futaleufú, que se interna en territorio chileno luego de recorrer aproximadamente 20 kilómetros de suelo argentino. Por último, completan este sistema el Lago Menéndez y las lagunas Larga y El Martillo, haciendo de este parque nacional un lugar de excelencia para la pesca, complementado con la exuberante belleza de su paisaje.
Los salmónidos que pueblan las aguas del parque guardan una gran pureza genética y su gran calidad silvestre se debe a que las cepas originales no fueron contaminadas por redoblamientos ni escapes de pisciculturas. Una de las joyas de esta cuenca es el Río Rivadavia, uno de los ríos más bellos de la Patagonia y que, a lo largo de sus 11 kilómetros de extensión, resulta un pesquero mundialmente reconocido por la cantidad y la calidad de las variedades que allí se encuentran: Arco Iris, Fontinalis, Marrones y Salmones Encerrados. Tanto flotándolo como pescando desde la costa, la experiencia resulta excepcional.



Lago Rivadavia,
comienzo del río homónimo










Luego de un hermoso día el sol comenzó a esconderse lentamente pero la temperatura continuó siendo agradable y el lago parecía una piscina. Primero caminamos unos cuantos metros bordeando la costa del lago hasta llegar a la boca del Rivadavia y el espectáculo se tornó, simplemente, surrealista. Una imponente pared montañosa se hundía en las aguas del río mientras que frente a ésta se alzaba el tupido y verde bosque, formando una suerte de pasadizo en el cual estábamos a punto de internarnos en busca de las preciadas truchas.





Casteando en la boca
del río Rivadavia










A medida que avanzábamos los colores del agua y la vegetación se iban entremezclando y generaban un maravilloso efecto. Además, la quietud del agua y la ausencia de viento hacían sentir que estábamos completamente solos en ese mágico lugar y desde la orilla podíamos contemplar, como si estuviéramos frente a una pecera, los hermosos ejemplares que se paseaban delante de nosotros.





Eligiendo "la adecuada"














Luego de caminar un buen rato llegamos a la confluencia con el arroyo Colehual. Un magnífico lugar donde las truchas suelen apostarse y con la luna asomando Christian siguió intentando, esta vez con una caddis elk.




La elección fue acertada y una Arco Iris de unos 600 gramos picó y empezó a dar pelea dando acrobáticos saltos hasta que logró soltarse. La pesca comenzaba a ponerse cada vez más entretenida y lo mejor estaba por venir.





El sol se había ocultado totalmente y sólo quedaban algunos vestigios de claridad detrás de las siluetas de las montañas que se veían en el horizonte. El gran momento del hutch estaba llegando y fue tiempo de probar con una línea de flote 5, un leader 6x de 12 pies de largo y una mosca sedge para que la adrenalina empezara a fluir intensamente. Poco a poco las truchas comenzaron a asomar como grandes lágrimas de plata que brotaban del agua. Primero fueron unas pocas hasta que en cuestión de minutos eran cientos de ellas las que emergían del río, a tal punto, que ya no sabíamos para dónde mirar. El espectáculo era tan increíble y conmovedor que quedamos hipnotizados contemplando el show de saltos pero también permanecíamos atentos a las truchas que comenzaban a picar. Hasta que, súbitamente y estando 20 metros aguas abajo de la desembocadura del Colehual una hermosa Arco Iris picó y nos hizo salir del estado de admiración en el que habíamos entrado dando paso a la más pura acción. Este bellísimo ejemplar de un kilo 100 dio 25 minutos de pelea para cobrar ya que era muy robusta y combativa -además de estar en excelente estado físico-. Mientras que su hermosa pigmentación era una clara muestra de que se trataba de un ejemplar muy sano.

El hutch duró aproximadamente 30 minutos y de la intensísima actividad pasamos a la más absoluta calma y tranquilidad. El salto de un momento al otro fue tan rápido que parecía el resultado de algún encantamiento. Ya se había hecho de noche pero gracias a la intensa luz de la luna pudimos abrirnos paso a través de los senderos. Recién en ese momento nos dimos cuenta del frío que hacía y que la emoción vivida había sido tan fuerte que no habíamos podido percibir nada más. Unos buenos mates nos reanimaron y, finalmente, emprendimos el regreso.



De vuelta al agua ...







Recomendaciones
En este pesquero sólo se puede utilizar mosca y la devolución es obligatoria. En cuanto a los equipos, los recomendados y más utilizados son los #4 y # 5, con líneas de flote y para moscas se usan las imitaciones de caddis y efímeras para Salmones, Marrones y Arco Iris. Sin embargo, Christian utilizó un equipo #8 con una línea de hundimiento ultrarrápido corlang quick descent 325. Para empezar, en la boca del río, usó una rabbit negra y a medida que iba avanzando y leyendo el río fue probando con distintos tipos de mosca como la tradicional wolly bugger y con moscas secas emergentes.


Ubicación y accesos

El Parque Nacional Los Alerces se encuentra al noroeste de la provincia de Chubut -más precisamente en el Departamento Futaleufú-, a 1.900 kilómetros de Buenos Aires y a menos de 40 kilómetros de la ciudad de Esquel. En general la vía más rápida es a través de esta ciudad a donde se puede llegar en avión por Aerolíneas Argentinas o Lade. Por tierra, varias son las empresas que hacen el recorrido: Andesmar, Vía Bariloche, Crucero del Norte, Don Otto, y T.A.C, entre otras. Se arriba al parque por la Ruta Nacional N° 259 empalmando con la Ruta Provincial N° 71, que atraviesa el área protegida en dirección norte-sur. Por este camino se arriba a Villa Futalaufquen, donde se ubica el Centro Administrativo del Parque Nacional. La Ruta continúa hacia el norte del Parque uniendo la Villa Futalaufquen con la Ruta Nacional N° 40 (ex 258), rumbo a la Ciudad de El Bolsón (a 90 kilómetros aproximadamente).

El turno de las amapolas


Y ahora les tocó a las amapolas.

El valle se ha llenado de encandilantes puntos rojos que generan un excelente contraste

con el verde del pasto.



La amapola silvestre es una planta de tallos erectos, poco ramificados y con finos pelillos.

Las hojas nacen alternadamente a lo largo del tallo y se caracterizan por ser muy dentadas en sus márgenes. Y las flores son, sin dudas, lo más llamativo de esta especie tan decorativa de los campos patagónicos. Su color es un escarlata intenso y su forma es acampanada, casi esférica con cuatro finos pétalos que prácticamente parecen de papel.

Los estambres son de color negro y forman un racimo

anillado que le da el aspecto de un gran botón negro.





Su fruto es una cápsula verde pálido de forma cónica con una especie de tapa en la parte superior que contiene numerosas semillas. La amapola se ha asociado a la agricultura desde tiempos muy antiguos ya que su ciclo de vida se adapta perfectamente a la mayoría de los cultivos de cereales, floreciendo y granando antes de la recolección de las cosechas.



Esta especie se diferencia de la llamada “adormidera” o “planta del opio” que, contrariamente a la creencia generalizada,

no se encuentra de modo natural en las montañas asiáticas.

Por el contrario, esta adormidera se halla comúnmente en Europa

y sus flores pueden ser blancas aunque

las más comunes son de color lila o rosa pálido, nunca rojas.


Esta flor se hizo muy conocida porque sus frutos semimaduros

y su savia seca tienen un alto contenido en alcaloides

que son usados para la fabricación de opio y heroína y,

en la industria farmacéutica, para fabricar morfina y codeína.

IV Encuentro Bosque Tallado - transmisión online-

El 4to. Encuentro de Escultores en Madera El Bosque Tallado, que reúne en el faldeo del cerro Piltriquitrón a 8 artistas de Argentina, Perú y Colombia.

Por primera vez, el evento sera transmitido en vivo, a traves de internet, para todo el mundo, gracias a un desarrollo tecnologico de Coopetel, en la pagina www.elbolson.com/video

Entre el sábado 7 y el sábado 16, los escultores transformarán los troncos de lengas de un antiguo incendio en obras de arte, que se sumarán a las decenas ya existentes, realizadas en los anteriores encuentros.

Más información: http://www.elbolson.com/noticias/notas/nota275.html

Simposio de Bandoleros

Así como lo leen ... desde hace varios años se realizan
"Simposios sobre Bandoleros" para rastrear la historia de
Butch Cassidy y Sundance Kid en Patagonia.


El encuentro tuvo lugar los días 16,17 y 18 de noviembre
en Cholila (70 km al sur de El Hoyo) y allí estuve, inmersa entre anécdotas, fotografías antiguas y mucha pero mucha leyenda.


A continuación algunos fragmentos de la crónica del evento hecha por gente de
La Bitácora ...

(una hermosa revista
que ojalá vuelva al ruedo pronto)




"[...] Aventuras de norteamericanos, galeses y aborígenes. Una mezcla interesante de situaciones, de vecinos de personalidades muy atractivas, recordados con afecto, picardía y muchos ingredientes de leyenda.

En general los colonos norteamericanos que llegaron a la Patagonia en aquella época compartían un espíritu especial con ansias de libertad. Dejaron sus familias de estricta moral religiosa en Norteamérica inmersas en una economía opresora a través de los créditos que otorgaban los bancos para la producción y que ahogaban la actividad. Con ese panorama, Butch y Sundace se corren del camino de la ley y se convierten en asaltantes de bancos, y luego de obtener un botín de lo que hoy representarían 700 mil U$S del Banco de Winnemuca, Nevada, parten de Nueva York hacia Buenos Aires y luego, por recomendación de George Newvery (vicecónsul de los Estados Unidos en Buenos Aires),
se instalan en el valle de Cholila como buenos vecinos y honrados ganaderos.


El jueves 14 de noviembre de 2007 llegaron a Bariloche los historiadores norteamericanos Daniel Buck, Anne Meadows, el sobrino bisnieto del Sundance Kid, Paul Ernst (ver foto debajo) y su mujer Donna, autora del libro “Sundance mi tío”,
junto al matrimonio de María y Mike Driver interesados en la historia y
el inglés Mike Bell que hizo una excelente
y muy graciosa exposición sobre el asalto al banco de Winnemuca
del cual nunca pudo probarse quienes fueron los autores.


Mike Bell se confiesa obsesivo investigador de la historia desde los 13 años en que vio la película protagonizada por Paul Newman y Robert Redford, cuando descubrió que nació en la misma ciudad donde había nacido la madre de Butch Cassidy, en Birmingham, y con esta relación tan alocada es que realiza varias cabalgatas por el lugar donde los asaltantes escaparon y cambiaron caballos. En la investigación recopiló copias de archivos de los diarios de la época y concluye que los autores no pueden ser otros que Butch y Sundance.





Mike Bell y caballo frente a la histórica casa







Allí se sumaron más descendientes de quienes protagonizaron
las aventuras de principio de siglo en la región.
El lanzamiento de la tercer edición del libro “Buscados en la Patagonia ”, de Marcelo Gavirati, historiador y principal organizador de los simposios abrió el ciclo de charlas donde todos los que investigan estas temáticas pudieron exponer y cotejar sus datos para futuras publicaciones.

El público presente se sorprendió cuando relataron que descubrieron la vinculación del Sundance como pariente siete años después de la película
protagonizada por Paul Newman y Robert Redford
.
Y fue en una cena en la iglesia del pueblo que compartían con un tío,
cuando una señora se levantó de la mesa y
les dijo que no se sentaba en la misma mesa de familiares de un bandolero.
A partir de ese momento comienzan a investigar
y a descubrir las cartas que el Sundance
le envió a su hermana desde la Patagonia.

La primera salida de campo fue a la legendaria cabaña de Cholila donde habitaron. El río Blanco bordea la cabaña custodiada por las montañas por detrás. Descendientes de los primeros colonos, el sobrino bisnieto del Sundance y los historiadores se divirtieron con hipótesis e historias mientras recorrieron entre anécdotas cada rincón del lugar.












Ellos se contactaron con el historiador Marcelo Gavirati a través de la revista Lugares
y con los datos que le aportaron Gavirati pudo rescatar el expediente judicial perdido,
el que fuera iniciado en 1911 por la Policía Fronteriza del Chubut,
con toda la información de esta historia, y que hoy se encuentra en la caja fuerte
de la Biblioteca Agustín Alvárez de Trelew.

Es que cuantos más datos encuentran los historiadores, mayores incógnitas surgen planteando nuevas preguntas e interrogantes acerca de la vida de estos personajes, actores de una época no tan lejana
y que mucho tiene que ver con todos los que habitamos esta región.
Habitantes originarios e inmigrantes provenientes de Chile, EEUU y Europa, fueron los actores de aquella época en la que un escenario diseñado por nuevas reglas económicas, nuevas costumbres y normas morales, comenzaban a perfilarse en la Patagonia [...]".


Y el fin de esta historia cuenta que quien escribe esta entrada tuvo su propia aventura quedando varada en una bucólica estación de servicio fantasma con surtidores del siglo pasado (luego de haber perdido el único micro del día domingo y esperando el siguiente recién el otro jueves).

Antes de ser capturada por los espíritus de los bandoleros (que siguen rondando en Cholila) decidí hacer dedo, puse mi mejor cara y mi bonito pulgar.