El turno de las amapolas


Y ahora les tocó a las amapolas.

El valle se ha llenado de encandilantes puntos rojos que generan un excelente contraste

con el verde del pasto.



La amapola silvestre es una planta de tallos erectos, poco ramificados y con finos pelillos.

Las hojas nacen alternadamente a lo largo del tallo y se caracterizan por ser muy dentadas en sus márgenes. Y las flores son, sin dudas, lo más llamativo de esta especie tan decorativa de los campos patagónicos. Su color es un escarlata intenso y su forma es acampanada, casi esférica con cuatro finos pétalos que prácticamente parecen de papel.

Los estambres son de color negro y forman un racimo

anillado que le da el aspecto de un gran botón negro.





Su fruto es una cápsula verde pálido de forma cónica con una especie de tapa en la parte superior que contiene numerosas semillas. La amapola se ha asociado a la agricultura desde tiempos muy antiguos ya que su ciclo de vida se adapta perfectamente a la mayoría de los cultivos de cereales, floreciendo y granando antes de la recolección de las cosechas.



Esta especie se diferencia de la llamada “adormidera” o “planta del opio” que, contrariamente a la creencia generalizada,

no se encuentra de modo natural en las montañas asiáticas.

Por el contrario, esta adormidera se halla comúnmente en Europa

y sus flores pueden ser blancas aunque

las más comunes son de color lila o rosa pálido, nunca rojas.


Esta flor se hizo muy conocida porque sus frutos semimaduros

y su savia seca tienen un alto contenido en alcaloides

que son usados para la fabricación de opio y heroína y,

en la industria farmacéutica, para fabricar morfina y codeína.

1 comentarios:

Anónimo dijo...

hola!
q bonita la amapola! y cuanta informacion nos diste, no teniamos ni idea de eso.
q color hermoso! y en la foto se alcanzan a ver los pelitos q mencionaste.
bueno, seguiremos pasando. un beso grande!