Tres provincias en un fin de semana

El fin de semana largo del 25 de mayo emprendimos una mini gira
hacia la Patagonia Norte: Neuquén.
Teníamos ganas de salir del hoyo y yo tenía que hacer una nota de pesca
y como la temporada en Junín de los Andes terminaba a fin de mayo ... allá fuimos.


Partimos bien temprano, todavía oscuro y en plena helada llegamos a El Bolsón para tomar un micro a Bariloche a las 8:00 am.
A las 10:00 estábamos allí y nos pusimos a averguar horarios hasta que finalmente conseguimos un bus a las 11:30 hacia San Martín de los Andes -primera parada del periplo-.

Por suerte el micro fue por el Camino de los 7 Lagos. Este camino es un tramo de la RN 234 -en Neuquén- que une las localidades de San Martín de los Andes y Villa La Angostura. La ruta atraviesa los parques nacionales Lanín y Nahuel Huapi y en su recorrido, a la vera del camino, pueden verse, justamente, 7 lagos y de ahí el nombre.
Tiene un recorrido de 107 km donde pueden apreciarse extensos bosques, cerros nevados y calmos espejos de agua. Los 7 lagos son: Machónico, Escondido, Correntoso, Espejo, Lácar, Falkner y Villarino.

Lamentablemente no tenemos fotos porque al no ir en tour el micro no paraba
y no valía la pena sacar fotos en movimiento.
Tantas eran las curvas que era imposible enfocar.
De todos modos, todo ha quedado grabado en la retina.
Y pa' el que no conozca, nada mejor que verlo con sus propios ojos.

Si bien no era una excursión el chofer se portó como el mejor de los guías ya que el micro iba prácticamente vacío y nosotros sentados adelante podíamos preguntarle lo que queríamos. De todos modos, el hombre resultó ser bastante verborrágico y llegó un punto en el cual no hizo falta preguntarle más nada que él solito lo contaba.

Luego de 3 horas y media de viaje (con gran parte de ripio) volvimos a tocar el suave asfalto. Imponentes montañas surgieron a la izquierda y parecían estar cubiertas por un manto de vegetación entre ocre, rojo y dorado. Poco a poco asomaron las aguas del lago Lácar y, luego de la última curva, vimos a lo lejos la localidad de San Martín apostada -casi encajonada de tanto que ha crecido- en el pequeño valle que culmina en el lago.


Dejamos las cosas en el albergue y enfilamos hacia la zona de los miradores antes de quedarnos sin luz. El lugar me transmitió una rara sensación: era como estar en una ciudad en la que se tiene todo al alcance pero a la vez se respiraba cierto aire de pueblo.




Finalmente llegamos al restaurant "Arrayán"
del cual se tiene una vista increíble del Lácar y los alrededores.
La construcción era muy bonita y según pudimos averiguar la cabaña había pertenecido a una gringa, quien la había construido especialmente pero que también murió muy joven.




Como ese día era el mismo 25
y el frío se hizo notar,
cenamos un suculento locro con vino tinto

:)



A la mañana siguiente emprendimos la marcha hacia Junín de los Andes, pequeña localidad a 40 minutos de San Martín y conocida como "La Capital Nacional de la Trucha" por la gran calidad de sus pesqueros.

Basta con ver los indicadores de las calles para ver que la pesca, aquí, es un tema serio.

Es una de las localidades más antiguas de la Patagonia y comenzó siendo un destacamento militar cuya principal función era asentar la precaria soberanía en la zona.








A medida que el micro se aleja del frondoso valle en el que está enclavado San Martín de los Andes, la vegetación se va transformando en estepa y los amarillos comienzan a dominar.







La belleza del paisaje cambia notablemente a medida que nos alejamos de la cordillera y quizás éste no sea tan resplandeciente, sin embargo, el Lanín lo compensa todo.
No bien hace su aparición a un costado del camino ... todo parece cambiar.

Blanco y solitario el Lanín permanece firme como un gran vigía.



Tiene una altura de 3.776 m y no registra actividad desde el siglo XVIII.

Casi tres cuartas partes del volcán pertenecen al territorio argentino, en el Parque Nacional Lanín, entre los lagos Paimún y Huechulafquen -al sur- y Tromen -al norte-.

Un dato muy interesante:
En la casa del guardaparque de la Seccional Epulafquen Ernesto Sábato se refugió para escribir una buena parte de "Sobre héroes y tumbas" y allí pasó una larga temporada con su mujer.

Luego de dar unas vueltas llegamos a "La casa de Marita y Aldo" (bien puesto el orden de los nombres ya que la que manda es, definitivamente, Marita). Hablamos de un matrimonio que tienen un albergue y hacen -bueno, Aldo hace- guiadas de pesca. Churu los conocía de un viaje anterior y así los conocí yo.




Rápidamente preparon todo y salimos a flotar el Chimehuin.












No fue LA flotada pero estuvo bien.
Hubo muuuchoo pique pero pequeñinas
eran las truchas.
(foto: trucha marrón)






Otro río de la zona: el Collón-Curá
Luego de la flotada no teníamos mucho más que hacer así que decidimos ir hacia Bariloche.
De vuelta al micro emprendimos el viaje de 4 horas.

Y allí nos quedamos haciendo un poco de "vida citadina"


Esto fue muy gracioso y bizarro:
pensamos que algún mamado había volcado pero no.
El auto solito llegó hasta ahí ya que se le soltó el freno de mano y con la helada se fue resbalando.
Más extraño aún es que no se le rompió ni un solo cristal!
Me imagino la cara del dueño cuando fue a buscar y alguien le habrá dicho: "su auto está unas cuadras más abajo".

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