Cerro Perito Moreno ... con nieve!

Volví al Cerro Perito Moreno (donde está la pequeña estación de ski). La primera vez había ido en verano así que, obviamente, no había nada de nieve.

Necesitaba ir para hacer unas fotos en invierno para una nota

Enganché a alguien, Gabriel, para que me llevara pero resulta que antes de ir para el cerro esta persona tenía que ir a lo de "Yayo Tillería" a despostar una vaca.

En fin ... yo me quedé pensando ... "a qué???? despos... qué?" En primer lugar, Yayo Tillería es un poblador de hace muchos años, que vive en Mallín Ahogado y para ir al Encanto Blanco (refugio al que fuimos a pasar navidad) hay que pasar por su chacra
(de hecho, él es el dueño del refugio).


Bajamos de la camioneta y ... entre dos árboles pasaba una barra de la cual colgaba un novillo de unos 120kg. Uno de los hijos (supongo) tomó un serrucho y ... le entró a dar! Al novillo (que habían matado hacía dos días) había que cortarlo al medio primero. Así fue que por un larrgo rato se escuchaba el "shhhh shhh shhh".



Yo decidí esperar en otro lado y ... ups!
me encontré con esta cabeza:











Cada tanto iba y miraba por dónde andaba el corte ... y se notaba que el serrucho no estaba muy afilado.

Cuando lograron dividirlo en dos llevaron las dos partes a una suerte de habitación dentro de un establo donde había varias tablas (previamente higienizadas) donde comenzó el desposte (o sea, el descuartizamiento).

Gabriel llevó rollos de bolsas y etiquetas y entre los dos empaquetábamos y etiquetábamos para luego meter todo en un freezer. La verdad fue toda una clase de carnicería! me aprendí todos los cortes!!! Realmente fue toda una tarea artesanal que llevó casi dos horas y media! Pero pasaron volando mientras tomábamos mate. Y entre un amargo y otro yo meditaba ...

"cómo llegué a acá y cómo terminé empaquetando trozos de una vaca
si yo lo que iba a hacer era sacar fotos en la nieve???".



Cuando terminaron la faena,
pusimos el "cargamento" en el baúl y, finalmente!, partimos hacia el cerro.











Yayo también trabaja en el Cerro Perito Moreno.
Este es el parque de nieve y el local para alquilar equipos y tomar clases.


Vista del refugio "Albretch Rudolph"
(este inmigrante de Silesia llegó al Bolsón en 1935 y en 1946, junto al Dr. Venzano*, fundaron el CAP (Club Andino Piltriquitrón).
* (Vale la pena conocer un poco más sobre este polifacético personaje)

El refugio comenzó a construirse en el '77
y a principios de los '80 ya estaba listo.



Vista de las pistas (las más bajas)



Chequeando si el pisanieve andaba
bien o no.











Marian con pantalones antárticos
(para eso sirve el colorinche: para que te vean!!!)




Y alguno clavó los esquíes por allí.

Pequeño cambio ...

en el living ...

cambiamos la mesa de lugar y agregamos una alfombra (antes colcha) que viajó miles de kilómetros en la mochila de Marian desde Potosí, Bolvia para terminar, finalmente, en El Hoyo.






Para ser coherentes con el "estilo ecléctico"
que elegimos para decorar nuestra casa
hemos agregado la reposera dándole un "toque playero"
a la cálida casita de montaña.
Al lado de la reposera está el cajón peruano.
Lugar de lectura, tejido, meditación, guitarra o,
simplemente, mirar por la ventana.



Mesa de trabajo con el antiguo sillón del Ye
(el abuelo del Churu).

Cajón del Azul ... con NIEVE!

El 18 y 19 de Junio retornamos al Cajón del Azul (al que habíamos ido los primeros días de febrero) pero esta vez,
el camino fue muy distinto:
había nieve!
:)














Desde el sendero que lleva al Cajón,
las montañas se veían así.

Para ubicarse un poco.
La foto está tomada desde el lado de la Cordillera de los Andes y el macizo montañoso que se ve enfrente es la precordillera.
Delante se ve una pequeña loma, es el Cerro Saturnino.
Luego, y siempre verde, la pampa de Mallín Ahogado y sus fértiles chacras.



Aquí empiezan a surgir
los primeros manchones de nieve.

En algunas zonas más densos, en otras no tanto.
Pero muy buena nieve para caminar, bien compacta y que
al pisarla hacía "crash, crash, crash".
Muy muy lindo.












El que acompaña a Churu (y que se ve en todas las fotos)
es Guillermo.
Con el correr de las horas y la caminata compartida la adopción fue inminente.
Guillermo devino "
tío" y nosotros "sobrinos".

En realidad Marian ha encontrado un eslabón perdido de su familia ... nada menos que ...en El Hoyo!

Ella es Nené (que esta vez no nos acompañó) y su marido es
Guillermo, quien ama profundamente la montaña.
De ahí surgió la idea de hacer esta excursión hacia el Cajón.



En pleno Bosque de Coihues
siempre
verde
porque sus hojas son
perennes,
es decir, que no mueren al llegar el otoño.
Por eso
siempre está así.



Cabaña abandonada en el camino.









Churu y el Cerro del Hielo Azul
a sus espaldas.



Ya casi llegamos.

Cruzamos el puentecito sobre el mismísimo
Cajón del Azul (el río corre 40 metros más abajo de ese puentecito, así que más vale que no se quiebre ningún tronco cuando uno pasa :)







Una vez pasada la tranquera hay que
atravesar los árboles frutales (pelados como se puede observar) y se llega al refugio.

Al fondo: Cerro Dedo Gordo y la línea blanca que se ve hacia la derecha
son los vestigios de un alud.


NOTA: El río Azul corre entre el Cerro Hielo Azul
y el Cerro Dedo Gordo (refugios ya visitados)



Las ovejas de Atilio encuentran alimento
hasta donde parece que no lo hay.


Cuando fuimos en febrero no pudimos ver esto:
LA GRIETA.

Bajando por un breve sendero se puede tener una mejor
visión (sino excelente) del Cajón que, a esta altura
es un cañadón de 1 metro de ancho por 40 de profundidad.

Y bien abajo formando un poco de blanca espuma:
el río Azul.







Luego de pasar la gran grieta
el río sigue su curso.








Una vez en el Refugio de Atilio
(en realidad es su propia casa que ha devenido "refugio/hotel")

nos cambiamos la ropa y este personaje de la montaña nos recibió
con una sabrosa cerveza casera -hecha con el lúpulo que él mismo cultiva-.


Atilio hace 25 años que dejó Bs. As. y se instaló en este recóndito
y alucinante lugar de la comarca.
Empezó de a poco (como todos) y fue construyendo un excelente refugio, demasiado grande para mí gusto, pero en perfecta armonía con el entorno natural que lo rodea.


De der. a izq.: Atilio, Churu, Guillermo, Marian y ...
nuestro guía de regreso: "perrito blanco S/N con patas y hocico rosado (tipo chanchito)"
que va y viene solo de su casa al refugio, hace noche, y se vuelve con los turistas
que andan deambulando por ahí.

El Placard

Esta es la historia de un placard que nació a partir de una placa de fibro fácil y de la mano de "L'ingenieri".
Pero esta vez con la dirección de Dani, un carpintero amigo que la tiene muy muy clara.


Entre tanto, Roco miraba atentamente
(y luego de sacar la foto se dedicó
a caminar sobre la placa)


Con herramientas de carpintero
la placa fue cortada en varios pedazos que luego ...
fueron tomando forma


















Hasta convertirse en este hermoso placard:







Cerrado









Abierto, sin ropa















Abierto, con ropa











Esta es nuestra habitación vista desde afuera.

El árbol es muy bonito pero no sabemos qué es.
Al pie de la ventana suele tirarse Roco cuando nos despertamos tarde (pareciera que quisiera escuchar cuando nos levantamos)

Y el cerco que se ve al fondo es el del vecino "poseedor de chanchos".
Por suerte mal olor no se siente.
Sólo algún chanchito se pasa a nuestro lado en busca de más comida.
Seguramente, la comida que Roco le quita cuando él se mete entre los chanchos

(ja! como si no le diéramos de comer).



El estilo "ecléctico" predomina en toda la casa ... incluso en las cortinas ...















Y en la cama.

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Imágenes cotidianas

Hete aquí un popurrí de imágenes de todos los días que se han ido juntando y que quizás reflejen, vagamente, cómo es la vida por estos pagos ...



La primera es de Roco cuando algunas mañanas asoma por la ventana de la habitación a decir "Buen día".












Una mañana cualquiera, con mate e intentando
escribir algo
(y sin querer que me saquen una foto en ese "estado matutino")








Algunas mañanas (si hace mucho frío) ...



dejamos entrar a Roco un ratito ...
















... para que tenga su
"sesión de mimos"
















Si hay sol le gusta ese rincón para quedarse
tirado un buen rato

( y si no hay sol también se queda tirado)






Diego, nuestro vecino, se trepó al techo para golpear
las cañerías del tanque -congeladas luego de una
helada feroz-.


















Marian pintando frascos de la alacena











El Churrete cocina ...
y muy bien!
:)




También hace buenos fueguitos ...











y mejores asados
(este fue el primer asadito hecho en el hogar)


Si el día pinta con lluvia ...
este es el atuendo para ir al pueblo a hacer mandados

y este sería para salir un sábado a cenar al pueblo (siempre en bici, obvio).
Marian con pantalones color naranja estilo "Antartic" y el Churrete con cómoda lámpara de minero para alumbrar el camino.

Tres provincias en un fin de semana

El fin de semana largo del 25 de mayo emprendimos una mini gira
hacia la Patagonia Norte: Neuquén.
Teníamos ganas de salir del hoyo y yo tenía que hacer una nota de pesca
y como la temporada en Junín de los Andes terminaba a fin de mayo ... allá fuimos.


Partimos bien temprano, todavía oscuro y en plena helada llegamos a El Bolsón para tomar un micro a Bariloche a las 8:00 am.
A las 10:00 estábamos allí y nos pusimos a averguar horarios hasta que finalmente conseguimos un bus a las 11:30 hacia San Martín de los Andes -primera parada del periplo-.

Por suerte el micro fue por el Camino de los 7 Lagos. Este camino es un tramo de la RN 234 -en Neuquén- que une las localidades de San Martín de los Andes y Villa La Angostura. La ruta atraviesa los parques nacionales Lanín y Nahuel Huapi y en su recorrido, a la vera del camino, pueden verse, justamente, 7 lagos y de ahí el nombre.
Tiene un recorrido de 107 km donde pueden apreciarse extensos bosques, cerros nevados y calmos espejos de agua. Los 7 lagos son: Machónico, Escondido, Correntoso, Espejo, Lácar, Falkner y Villarino.

Lamentablemente no tenemos fotos porque al no ir en tour el micro no paraba
y no valía la pena sacar fotos en movimiento.
Tantas eran las curvas que era imposible enfocar.
De todos modos, todo ha quedado grabado en la retina.
Y pa' el que no conozca, nada mejor que verlo con sus propios ojos.

Si bien no era una excursión el chofer se portó como el mejor de los guías ya que el micro iba prácticamente vacío y nosotros sentados adelante podíamos preguntarle lo que queríamos. De todos modos, el hombre resultó ser bastante verborrágico y llegó un punto en el cual no hizo falta preguntarle más nada que él solito lo contaba.

Luego de 3 horas y media de viaje (con gran parte de ripio) volvimos a tocar el suave asfalto. Imponentes montañas surgieron a la izquierda y parecían estar cubiertas por un manto de vegetación entre ocre, rojo y dorado. Poco a poco asomaron las aguas del lago Lácar y, luego de la última curva, vimos a lo lejos la localidad de San Martín apostada -casi encajonada de tanto que ha crecido- en el pequeño valle que culmina en el lago.


Dejamos las cosas en el albergue y enfilamos hacia la zona de los miradores antes de quedarnos sin luz. El lugar me transmitió una rara sensación: era como estar en una ciudad en la que se tiene todo al alcance pero a la vez se respiraba cierto aire de pueblo.




Finalmente llegamos al restaurant "Arrayán"
del cual se tiene una vista increíble del Lácar y los alrededores.
La construcción era muy bonita y según pudimos averiguar la cabaña había pertenecido a una gringa, quien la había construido especialmente pero que también murió muy joven.




Como ese día era el mismo 25
y el frío se hizo notar,
cenamos un suculento locro con vino tinto

:)



A la mañana siguiente emprendimos la marcha hacia Junín de los Andes, pequeña localidad a 40 minutos de San Martín y conocida como "La Capital Nacional de la Trucha" por la gran calidad de sus pesqueros.

Basta con ver los indicadores de las calles para ver que la pesca, aquí, es un tema serio.

Es una de las localidades más antiguas de la Patagonia y comenzó siendo un destacamento militar cuya principal función era asentar la precaria soberanía en la zona.








A medida que el micro se aleja del frondoso valle en el que está enclavado San Martín de los Andes, la vegetación se va transformando en estepa y los amarillos comienzan a dominar.







La belleza del paisaje cambia notablemente a medida que nos alejamos de la cordillera y quizás éste no sea tan resplandeciente, sin embargo, el Lanín lo compensa todo.
No bien hace su aparición a un costado del camino ... todo parece cambiar.

Blanco y solitario el Lanín permanece firme como un gran vigía.



Tiene una altura de 3.776 m y no registra actividad desde el siglo XVIII.

Casi tres cuartas partes del volcán pertenecen al territorio argentino, en el Parque Nacional Lanín, entre los lagos Paimún y Huechulafquen -al sur- y Tromen -al norte-.

Un dato muy interesante:
En la casa del guardaparque de la Seccional Epulafquen Ernesto Sábato se refugió para escribir una buena parte de "Sobre héroes y tumbas" y allí pasó una larga temporada con su mujer.

Luego de dar unas vueltas llegamos a "La casa de Marita y Aldo" (bien puesto el orden de los nombres ya que la que manda es, definitivamente, Marita). Hablamos de un matrimonio que tienen un albergue y hacen -bueno, Aldo hace- guiadas de pesca. Churu los conocía de un viaje anterior y así los conocí yo.




Rápidamente preparon todo y salimos a flotar el Chimehuin.












No fue LA flotada pero estuvo bien.
Hubo muuuchoo pique pero pequeñinas
eran las truchas.
(foto: trucha marrón)






Otro río de la zona: el Collón-Curá
Luego de la flotada no teníamos mucho más que hacer así que decidimos ir hacia Bariloche.
De vuelta al micro emprendimos el viaje de 4 horas.

Y allí nos quedamos haciendo un poco de "vida citadina"


Esto fue muy gracioso y bizarro:
pensamos que algún mamado había volcado pero no.
El auto solito llegó hasta ahí ya que se le soltó el freno de mano y con la helada se fue resbalando.
Más extraño aún es que no se le rompió ni un solo cristal!
Me imagino la cara del dueño cuando fue a buscar y alguien le habrá dicho: "su auto está unas cuadras más abajo".